La fertirrigación no es más que el proceso mediante el cual se aplican los fertilizantes juntos con el agua de riego. Con el uso de esta técnica podemos controlar fácilmente el fraccionamiento, la dosis, la concentración y la relación de los nutrientes requeridos por las plantas. Independientemente del sistema de riego usado en fertirrigación (Goteo, aspersión o microaspersión) los nutrientes son aplicados diluidos en el agua a fin de que infiltren en el suelo, predominando la absorción radical. Es por ello que es fundamental el conocimiento del comportamiento de los nutrientes en el suelo con relación a su movilidad y las exigencias del cultivo durante su ciclo. Para optimizar la nutrición de las plantas bajo el sistema de fertirrigación, se deben considerar tres premisas fundamentales:
- Conocimiento de la demanda nutrimental del cultivo a través del ciclo fenológico (para maximizar rendimiento y calidad)
- Análisis de suelo y agua, previos al establecimiento del cultivo
- Monitoreo de la nutrición del cultivo a lo largo del ciclo de crecimiento
Cuando estamos en presencia de
uso de métodos de riego a presión, el fertirriego se torna necesario, ya que
bajo riego por goteo, es humedecido solo un pequeño volumen del suelo por los
goteros, y si los fertilizantes son aplicados separados del agua, los
beneficios de los nutrientes no serán expresados por los cultivos, debido a que
disminuye la eficiencia de la fertilización ya que los nutrientes no se
disuelven en áreas secas, donde el suelo no es regado.
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