1)
Los
requerimientos de agua y nutrientes deben ser conocidos: La cantidad de
fertilizante aplicada depende del volumen de riego. En la estimación de las cantidades
de fertilizantes a aplicar se deben consideras factores como la movilidad de
nutrientes en el suelo, la humedad del suelo, especie cultivada, entre otros.
2)
Programación
de la fertirrigación (manejo): Este aspecto debe ser bien comprendido para
poder asegurar el éxito del uso de esta técnica, ya que con la fertirrigación,
los fertilizantes pueden ser suplidos a los cultivos en las cantidades, formas
y momentos en que son mayormente necesitados.
3)
Descarga
y uniformidad de distribución: el sistema de riego debe ser diseño y
mantenido apropiadamente para operar de manera eficiente durante el ciclo de
desarrollo del cultivo.
4)
Solubilidad
y compatibilidad de los fertilizantes: Los fertilizantes deben ser solubles
y compatibles entre ellos, de manera que no formen precipitación que conlleven
a problemas de salinización y obstrucciones de los goteros.
5) Frecuencia de aplicación: Los
fertilizantes pueden ser aplicados en el agua de riego en varias frecuencias,
las cuales dependen principalmente del tipo de cultivo, limitaciones del diseño
del sistema de fertirriego, tipo de suelo, fertilizantes y preferencias del
agricultor. El cultivo a ser fertirrigado es decisivo en la definición de la
frecuencia de aplicación, ya que se trabaja en base a la dinámica de absorción
de los nutrientes del cultivo. Es por ellos que para cultivos de ciclo corto se
justifica mayor frecuencia de fertirrigación en comparación con los perennes.
Para la aplicación uniforme al suelo, los
sistemas de riego por goteo deben siempre estar funcionando a la presión de
operación antes de comenzar a inyectar cualquier fertilizante; la inyección de
fertilizantes debe comenzar solo después que el sistema esté completamente
presurizado. Es común que la fertirrigación se practique basado en lo que se
conoce como la “regla ¼ - ½ - ¼”, donde el fertilizante es inyectado sólo en el
medio del tiempo del ciclo de riego. Esta fertirrigación no continua es
recomendada, en particular, cuando se aplican grandes dosis de químicos
corrosivos, ya que se evita el continuo contacto con los accesorios y emisores
del sistema de riego, previniendo su daño. Además, por no inyectar el
fertilizante el último cuarto del tiempo de riego, se facilita la salida del
fertilizante restante del sistema por el agua libre de fertilizantes.
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